Morir por una vida pero ¿se puede vivir por una muerte?

martes, 28 de febrero de 2012

Capitulo 22- Volviendo a la vida


Angelique simplemente no reaccionaba, no tenía tiempo que perder. Solté un bufido para después cargarla  en mi hombro, no puso resistencia, sus manos colgaban en mi espalda.
Salí de aquel lugar esperando nunca volver ahí. Abrí la puerta del copiloto para poner a mi hermana, le puse el cinturón y en dos segundos ya estaba arriba del coche arrancando a toda velocidad.
En cuanto Alexander entrara al granero y sintiera mi olor moriría de furia.
Maneje alrededor de 2 horas, mi hermana había retomado su posición anterior, abrazando sus piernas.
La voltee a ver desconsolada, por su rostro resbalaba una lagrima de sangre que cayo en el asiento del coche, pronto llegamos al aeropuerto donde nos esperaba un jet privado.
Les di las maletas a los empleados mientras uno de ellos me ayudaba a subir a Angelique al avión.
-¡Despeguen ahora!- dije gritando mientras cerraba la puerta del avión.
El avión despego enseguida, caminaba de un lado a otro ansiosa hasta que estuvimos en el cielo a una gran altura. Me senté y respire cansada después saque mi celular y marque a Adonis, no sonó ni dos veces cuando mi hermano ya había contestado.
-¿La sacaste verdad?- pregunto acelerado.
-Si pero su situación es peor de la que pensaba- dije mordiéndome las uñas
-¿Como que es peor?, ¿que quieres decir?- pregunto Adonis bastante preocupado.
-Adonis, ella no reacciona, es peor que un mueble. Simplemente llora, tengo miedo por ella- dije volteando a ver a mi hermana que estaba sentada aun lado mío abrazando sus piernas.
-¡Tiene que reaccionar!- dijo Adonis bastante molesto gritando.
-Es culpa de Alexander, la tiene drenada y las únicas fuerzas que tiene las usa para llorar sangre, no se que es lo que la tiene tan triste- dije bastante molesta parándome y caminando hacía la parte de atrás del avión para hablar tranquilamente.

POV Emmanuel

-Voy a ver como están las señoritas- dije mientras me paraba y mi compañero tomaba el mando del avión.
El sonrío y me guiño el ojo conociendo mis intenciones.
-Haz que despierte Emmanuel- dijo
-Gracias - dije sonriéndole
Salí de la sala de pilotos y camine con la vista fija en ella, hace mucho que no la veía. Décadas desde que la encontramos pero fue mejor mantener el secreto por su bien, no esperábamos que pasara algo así y con ella.
Angelique se encontraba sentada en el asiento que tiene ventana, que demacrada se veía.
Apreté mis puños conteniendo mi furia, esperábamos que Efrén la cuidara y  resulta que su hijo la daño de esta manera.
Le acaricie su cabeza, que antes era suave y ahora eran rastas y nudos.
Me puse cunclillas frente a ella pero ni siquiera se inmuto.
La tome de la barbilla para poder verla a los ojos, le retire el flequillo para poder verla a los dos ojos. Su otro ojo se veía mas opaco que el miel, recargue mi frente junto a la de ella y suspire.
Con mi  mano derecha me hice un corte en la muñeca, la coloque de forma en que las gotas cayeran dentro de la boca de Angelique. No tardo en cerrar la herida y mi pequeña inconscientemente la lamió.
-Bien mi niña, ahora despierta. Tu vida no ha acabado, busca en tu interior lo que hace tiempo sabes- le susurre en el oído para después besarle la frente.

POV Angelique

Todo estaba oscuro, yo no hacia mas que llorar, sentía mi cuerpo helado y temblaba de frió. El dolor que sentía en mi interior era simplemente desgarrador, no pude saborear un solo beso o tan solo una caricia suya. Nada me hubiese gustado más que poder sentir su calor y su aroma tan humano.
Pero ese latido, ese cruel y despiadado latido que sentí me dio la respuesta, Andrei había muerto y yo lo sentí como si lo hubiese vivido en carne propia, todavía sentía la garganta rasposa por el humo.
Solté un gemido de dolor, ¿cuanto tiempo ha pasado desde que estoy en esta oscuridad? , lo mas probable es que el mundo se hubiese acabado y yo no me habría dado cuenta de nada.
Sentí como el ardor de mi garganta iba bajando, como si le hubiesen dado de beber agua a un sediento, respire profundamente por primera vez en mucho tiempo. Abrí los ojos y seguía en esa oscuridad, mi piel que era de un tono gris empezó a volver a su tono normal, un color piel rosado lleno de vida. Observe mi alrededor y la densa oscuridad poco a poco se iba aclarando hasta que quedo de un gris.
Que extraña situación, algo ha cambiado pensé. Me puse de pie tambaleándome, hace mucho tiempo que estaba en la misma posición.
Observe a mi alrededor, al fondo de toda esa nube gris podía ver una sombra, no una silueta mas bien.
Poco a poco se fue acercando más, pude distinguir su piel blanca y corpulento, era un hombre más alto que yo.
No se porque al ver esa silueta mi corazón se lleno de una tranquilidad inmensa, como hace mucho tiempo no sentía.
Se acerco tanto que casi podía tocarlo pero simplemente no veía su rostro.
Lo vi y solo pude sonreír, su mano acaricio mi mejilla dulcemente, ese contacto se me hacia tan familiar pero simplemente no recordaba cuando ni donde.
-No te esfuerces en recordarlo, todavía no es tiempo- dijo su voz masculina
-¿Y cuando lo será?- pregunte tranquilamente
Ese hombre me rodeo con sus brazos abrazándome tranquilamente, coloco su barbilla sobre mi cabeza. Yo disfrutaba de su contacto era simplemente tranquilizador.
-Será cuando sepas quien eres y que entiendan el porque- dijo tranquilamente.
-No entiendo nada de lo que dices, pero ya no tengo ganas de seguir, de salir, ya nada me queda- dije al borde del llanto.
-Bien mi niña, pero ya lloraste demasiado y en vano, tu vida no a acabado, busca en tu interior lo que hace tiempo sabes- dijo besando mi frente y separándose de mi.
-¿Qué ya se?, ¿Qué es lo que se?- pregunte casi gritando mientras el se alejaba y solo veía su silueta ahora muy lejana.
¿Qué es lo que se?, el dijo que mi vida no ha terminado, algo que ya se.
Lo único que se es lo que siento por Andrei.
Andrei, el era la clave, recordé su bello rostro masculino, su sonrisa blanca y su cabello rubio siempre revuelto por sus chinos. Pensé en el momento que nos conocimos, en sus ojos verde esmeralda, cuando nuestros corazones latieron al unísono aunque hubiese sido solo una vez.
Atrás de mi  sentí su presencia, voltee esperanzada y lo vi ahí, tan perfecto como ese mismo día, poco a poco fue cambiando su físico hasta uno mas masculino y de mayor edad. Lo estudie tranquilamente memorizando cada detalle de el, subí poco a poco la mirada hasta que me encontré con sus ojos, esos ojos tan perfectos. Sonreí en automático y el hizo lo mismo, fue en ese momento cuando escuche un danzar perfecto, un ritmo al que bailaría toda la eternidad, su corazón latiendo.
El estaba vivo.
Abrí los ojos de golpe, mirando todo a mi alrededor, el color miel dominaba todo el lugar. Enfrente de mi se encontraba ese hombre, el de mi oscuridad, era igual nada mas que ahora si podía verle el rostro.
El me sonrío tranquilamente a lo que yo respondí sonriendo.
-Emmanuel- dije levemente, no se de donde ni como sabia su nombre pero lo sabia.
-Bienvenida- dijo mientras me mostraba sus blancos dientes en la sonrisa más grande que había visto en tiempo.
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Espero que les guste y todavía sigan ahí, perdón por no publicar pero simplemente la universidad me tiene vuelta loca.
Comenten que tal les pareció! la historia vuelve a la vida
xoxo
dann

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