Morir por una vida pero ¿se puede vivir por una muerte?

lunes, 26 de marzo de 2012

Capítulo 24- La Búsqueda


-Suerte- me dijo Anika mientras ella se despedía de mí en el aeropuerto, había pasado una semana desde que desperté, nos quedamos en donde quiera que estuvimos arreglando algunos detalles para mi regreso.
Observaba distante por la ventana del taxi mientras me acercaba al restaurante que antes era de Andrei, tenía que empezar a investigar que fue de el y que mejor lugar que aquí.
-Gracias- dije mientras le daba un billete al taxista y bajaba. El aire soplaba fuerte agitando mi cabello castaño y llenando de hojas del otoño mi vista.
Al otro lado de la calle, estaba lo que alguna vez fue un esplendido restaurante y ahora solo quedan cenizas y maderas quemadas que se han llenado de plantas con el paso de los años, nada sobrevivió de ese incendio, mi garganta se atraganto en tan solo pensar que Andrei tal vez no sobrevivió y que ahora estoy sola en este mundo.
-¿Puedo ayudarle en algo señorita?- dijo una voz a mi espalda.
Voltee para encontrar una ancianita, su cabello blanco caía en cascadas por sus hombros, su piel arrugada por el paso del tiempo pero blanca como ninguna sin ninguna mancha del sol.
-Si disculpe, hace tiempo había un restaurante aquí. ¿Me podría decir que le paso?- pregunte sonriendo amablemente.
-Claro señorita le diré pero que le parece si mejor pasamos a mi departamento con un buen té y platicamos- dijo caminando un poco
-Claro- dije mientras seguía a la señora, su departamento estaba demasiado cerca del restaurante, su casa estaba decorada como cualquier casa de una persona de su edad. Papel tapiz de un estampado antiguo y muebles iguales que estos. Pasamos a la pequeña sala donde tenía dos sillones individuales pegados a la ventana con vista al restaurante.
-¿Te apetece te o café?- pregunto acercando un juego de té de porcelana.
-Té, por favor- dije mientras la señora se sentaba enfrente de mí.
Con paciencia sirvió el te.
-Bueno y dígame ¿Qué paso?- pregunte mientras tomaba el té.
-Ay mi niña, fue hace mucho tiempo; ya han pasado 3 años. Los padres y el muchacho estaban dentro de la casa cuando inicio el incendio. Fue una verdadera desgracia- dijo bajando la mirada y tomando su te.
-¿Y Fallecieron?- pregunte sintiendo como temblaba de miedo en saber la respuesta.
-Si- dijo la señora por 3 segundos mi mente se quedo en estado de shock, el no puede estar muerto.
-Fallecieron los padres, pero el muchacho logro salir, gracias a dios que su hermana no estaba ahí. Fue muy duro para el aceptar la perdida de sus padres y hacerse cargo de su hermana menor. ¡Más que nada el darle la noticia a su hermana!, pobre muchacha estaba en el internado cuando todo sucedió- dijo tomando su té.
Solté un suspiro, el estaba vivo. No me había equivocado. Emmanuel no se había equivocado.
-¿Y como es que Andrei, digo el muchacho logro salir?- pregunte ¡Diablos ella nunca me dijo el nombre de el!
Una sonrisa se asomo por su arrugado rostro.
-Pues veras mi niña, el estaba en su habitación y su puerta estaba cerrada. La ventana tenía roto el seguro y por eso pudo salir, de no haber estado roto ese seguro habría fallecido igual que toda su familia- dijo mientras cerraba los ojos y tomaba su té.

El seguro, ese seguro yo lo rompí cuando entre a su cuarto. De no haber roto el seguro el habría fallecido. Yo lo salve.
Una sonrisa se asomo por mi rostro, el estaba vivo por mi. Sabía que el destino no podía ser tan cruel.
-Y dime cariño ¿Te gusto el té?- pregunto la amable anciana
-Esta delicioso señora,  ¿De qué es?- pregunte mirando el color rosado del té.
-De frambuesa mi niña, es mi favorito- dijo sonriendo amablemente.
-¡Vaya que coincidencia, también es el mío!- dije, es extraño que a las personas les guste el te de frambuesa, tiene un sabor dulce pero amargo por las semillas, como la vida. Dulce pero amarga.
-¿Y usted sabrá que paso con el después del incendio?- pregunte mientras ella me servía té.
-Pues el se mudo al sur del país, para estar cerca de su hermana, creo que el lugar se llama Nice, volvió a instalar su restaurante con el que ahora se mantiene- dijo terminando el té.
-Muchas gracias señora, no sabe como se lo agradezco ahora tengo que partir, me espera un largo camino- dije parándome y caminando en dirección a la salida.
-Mi niña- dijo la señora tomándome de la mano
-¿Si dígame?- voltee viendo a la abuela
-¿Tu estas enamorada de el verdad?- dijo mirándome fijamente.
Espere un momento para contarle no creo que afecte a nadie que le diga.
-Si, creo que lo amo- dije sonriéndole ladeando la cabeza
La mire fijamente a los ojos, en sus ojos azules de un color tan extraño.
Por un momento me cruzo por la mente que se parece a los míos.
-Entonces que tenga suerte señorita- dijo mientras me sonreía y me acompañaba a la puerta.
El viento soplaba demasiado fuerte, una hoja seca casi roja voló frente a mí, la seguí con la mirada hasta que se perdió en la figura de la luna llena.
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Ya se! una semana y ya llevo dos capítulos! espero que les guste!
¿Quien es Emmanuel? ¿Quien es esta anciana?
¿Que tienen que ver con Angelique y Andrei?
pronto lo sabrán!
comenten y recomienden el blog, que todavía existe gracias a ustedes
besos!

domingo, 25 de marzo de 2012

Capitulo 23- Emmanuel


-Angelique- dijo una voz detrás de Emmanuel, Anika estaba petrificada en la entrada con una copa de martini tirada a sus pies.
-Hola- dije mientras le sonreía, no se como ni cuando pero yo ya tenía conocimiento de todo lo que paso, como ella y Adonis me habían rescatado del calabozo donde me tenía Alexander.
Ella tardo en reaccionar para después gritar como una loca que se lanzó a mis brazos.
-¡Despertaste! ¡Oh cielos despertaste!- gritaba en mi oído
Yo solo la abrazaba gustosa, hace años que no tenia contacto con algún ser vivo que no fueran mis piernas.
De repente Anika para en seco su emoción y volteo a ver inquisitivamente a Emmanuel que nos miraba gustoso.
-¿Y usted que hace aquí?- pregunto mi hermana molesta.
-Yo solo vine a ver si se les ofrecía algo y vi que la señorita despertó, yo me retiro a seguir con mis labores. Un placer verlas, cualquier cosa estamos en la cabina- dijo Emmanuel.
Yo me quise parar y detenerlo  pero el me miro de tal forma que supe que no debía hacerlo.

Cuando el se fue Anika me miro especulante
-¿Por qué te encerró Alexander? Y nada de rodeos quiero saberlo- dijo mirándome fijamente.
Yo trague saliva antes de comenzar a hablar
-Es una historia difícil- dije sin mirarla a los ojos.
-Empieza- ordeno
-Encontré a mi destinado- dije secamente
Anika empezó a gritar como loca llena de emoción
-¿Y porque te encero? , no lo entiendo, ¿Celos? Ya sabia que el te amaba y no con cariño de hermanos- dijo como loca sacando ideas en su mente.
-No calla, Anika, ese no es el problema- dije haciendo una pausa- el problema es que mi destinado es humano-
Los ojos de mi hermana salieron de sus orbitas, ella empezó a tartamudear acumulando mil ideas que había en su cerebro a su boca.
Después de un rato se callo y me observo
-Pero no es motivo para que te encierre tres años, en un calabozo- dijo enojada Anika.
-El problema es que su plan era transformarlo o esperar a que muriera y sabe que yo no lo permitiría, por eso me encerró- dije bajando la cabeza.
-¿Y que paso con el?, ¿lo volviste a ver después de eso?- pregunto Anika
-Su casa se quemo y no se nada de el- dije mirando por la ventana
-¿Cómo sabes que se quemo?- pregunto curiosa
-Lo sentí, sentí el humo en mi garganta y el calor de las llamas rozando mi piel, es como si hubiera estado ahí pero sin verlo.-  dije recordando esa noche tan horrenda que viví en el calabozo.
-¿Y no crees que haya…? – dijo Anika sin terminar la frase.
-No, al principio lo pensé y por eso estaba así, como un muerto, pero por eso desperté. Se que esta vivo y tengo que regresar a buscarlo- dije parándome.
-No podemos volver- dijo Anika secamente
-¿Cómo que no podemos volver?- pregunte molesta
-Angue, Alexander ya debe saber que yo fui la que te ayudo a escapar, si vuelves es como si te metieras a la boca del lobo. Es una locura volver, te reconocerá y sabrá donde buscarte. Tienes que irte hasta que sea seguro volver-dijo tomándome de los hombros y mirándome a los ojos
Me quede parada pensando unos segundos para después sonreírle.
-Entonces tenemos que desaparecerme de su radar- dije sonriendo
-¿Cómo?- pregunto Anika sin entender nada.
-Tú dile al piloto que aterricemos en el siguiente aeropuerto, tenemos que ir a un hotel- dije pajarándome en dirección al baño.
No tardamos mucho en aterrizar, mi hermana bajo rápidamente. Yo me dirigí a la cabina, quería hablar con Emmanuel, saber quien era el, como lo conozco, como me hizo despertar.
Cuando abrí la puerta de la cabina estaba simplemente vacía, no había absolutamente nadie, encima de una palanca había una cadenita plateada, esta tenia un dije con una inscripción demasiado rara.
Abajo  había una nota de papel, estaba escrita con una perfecta caligrafía cursiva, “nos volveremos a ver”.
Suspire derrotada.
Tardamos en llegar a la ciudad de la cual no tengo ni idea del nombre, alquilamos un cuarto de hotel.
Anika fue a comprar unas cosas que le pedí mientras me metía a dar un baño, de seguro daba lastima.
El agua tibia resbalaba por mi piel borrando cada mancha que estos tres años habían marcado, las costras que habían quedado de mis lagrimas ahora ya no existían y mi rostro estaba limpio.
Hace años que no sentía el agua caliente recorrer mi piel, aunque sonara demasiado humano, lo extrañe.
Salí de bañarme y encontré a Anika sentada en la cama viendo tele.
-Aquí tienes lo que pediste, pero ¿Qué pretendes hacer Angelique?- pregunto entregándome las cosas.
-Fácil, desaparecer de su mapa.- dije sonriendo.
Entre al baño y borre con la mano la mancha de vapor que quedo en el vidrio, observe mi rostro limpio y mi cabello otra vez rojo como la llama que se encendió, pero como siempre tapando mi ojo.
Suspire y empecé el cambio.
Tome unas tijeras y vi caer mechón por mechón de mi cabello, después tome el tinte y demás cosas.
Después de un rato enguaje mi cabello y me observe.
El cabello castaño color caoba caía en cascadas por mis hombros, ahora mas corto.
Anika abrió la puerta y entro sorprendiéndose de mi cambio.
-Dios Angue, no pareces tú, lo único que te diferencia es…- dijo mi hermana
-Mi ojo, es un azul muy peculiar y también lo pensé- dije mientras abría  el paquete.
Saque unos pupilentes color azul grisáceo.
Me observe en el espejo.
-Andrei, muero por verte- dije mirándome al espejo sonriendo ante el cambio tan radical que había hecho.
Cambiar mi vida por mi destino, es un precio que estoy dispuesta a pagar. Y ahora Andrei es mi vida.
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Porfavor comenten que tal les pareció el capitulo, ahora si Angelique si parece a la de la imagen que puse, espero les guste y prometo publicar pronto 
Besos!!!

martes, 28 de febrero de 2012

Capitulo 22- Volviendo a la vida


Angelique simplemente no reaccionaba, no tenía tiempo que perder. Solté un bufido para después cargarla  en mi hombro, no puso resistencia, sus manos colgaban en mi espalda.
Salí de aquel lugar esperando nunca volver ahí. Abrí la puerta del copiloto para poner a mi hermana, le puse el cinturón y en dos segundos ya estaba arriba del coche arrancando a toda velocidad.
En cuanto Alexander entrara al granero y sintiera mi olor moriría de furia.
Maneje alrededor de 2 horas, mi hermana había retomado su posición anterior, abrazando sus piernas.
La voltee a ver desconsolada, por su rostro resbalaba una lagrima de sangre que cayo en el asiento del coche, pronto llegamos al aeropuerto donde nos esperaba un jet privado.
Les di las maletas a los empleados mientras uno de ellos me ayudaba a subir a Angelique al avión.
-¡Despeguen ahora!- dije gritando mientras cerraba la puerta del avión.
El avión despego enseguida, caminaba de un lado a otro ansiosa hasta que estuvimos en el cielo a una gran altura. Me senté y respire cansada después saque mi celular y marque a Adonis, no sonó ni dos veces cuando mi hermano ya había contestado.
-¿La sacaste verdad?- pregunto acelerado.
-Si pero su situación es peor de la que pensaba- dije mordiéndome las uñas
-¿Como que es peor?, ¿que quieres decir?- pregunto Adonis bastante preocupado.
-Adonis, ella no reacciona, es peor que un mueble. Simplemente llora, tengo miedo por ella- dije volteando a ver a mi hermana que estaba sentada aun lado mío abrazando sus piernas.
-¡Tiene que reaccionar!- dijo Adonis bastante molesto gritando.
-Es culpa de Alexander, la tiene drenada y las únicas fuerzas que tiene las usa para llorar sangre, no se que es lo que la tiene tan triste- dije bastante molesta parándome y caminando hacía la parte de atrás del avión para hablar tranquilamente.

POV Emmanuel

-Voy a ver como están las señoritas- dije mientras me paraba y mi compañero tomaba el mando del avión.
El sonrío y me guiño el ojo conociendo mis intenciones.
-Haz que despierte Emmanuel- dijo
-Gracias - dije sonriéndole
Salí de la sala de pilotos y camine con la vista fija en ella, hace mucho que no la veía. Décadas desde que la encontramos pero fue mejor mantener el secreto por su bien, no esperábamos que pasara algo así y con ella.
Angelique se encontraba sentada en el asiento que tiene ventana, que demacrada se veía.
Apreté mis puños conteniendo mi furia, esperábamos que Efrén la cuidara y  resulta que su hijo la daño de esta manera.
Le acaricie su cabeza, que antes era suave y ahora eran rastas y nudos.
Me puse cunclillas frente a ella pero ni siquiera se inmuto.
La tome de la barbilla para poder verla a los ojos, le retire el flequillo para poder verla a los dos ojos. Su otro ojo se veía mas opaco que el miel, recargue mi frente junto a la de ella y suspire.
Con mi  mano derecha me hice un corte en la muñeca, la coloque de forma en que las gotas cayeran dentro de la boca de Angelique. No tardo en cerrar la herida y mi pequeña inconscientemente la lamió.
-Bien mi niña, ahora despierta. Tu vida no ha acabado, busca en tu interior lo que hace tiempo sabes- le susurre en el oído para después besarle la frente.

POV Angelique

Todo estaba oscuro, yo no hacia mas que llorar, sentía mi cuerpo helado y temblaba de frió. El dolor que sentía en mi interior era simplemente desgarrador, no pude saborear un solo beso o tan solo una caricia suya. Nada me hubiese gustado más que poder sentir su calor y su aroma tan humano.
Pero ese latido, ese cruel y despiadado latido que sentí me dio la respuesta, Andrei había muerto y yo lo sentí como si lo hubiese vivido en carne propia, todavía sentía la garganta rasposa por el humo.
Solté un gemido de dolor, ¿cuanto tiempo ha pasado desde que estoy en esta oscuridad? , lo mas probable es que el mundo se hubiese acabado y yo no me habría dado cuenta de nada.
Sentí como el ardor de mi garganta iba bajando, como si le hubiesen dado de beber agua a un sediento, respire profundamente por primera vez en mucho tiempo. Abrí los ojos y seguía en esa oscuridad, mi piel que era de un tono gris empezó a volver a su tono normal, un color piel rosado lleno de vida. Observe mi alrededor y la densa oscuridad poco a poco se iba aclarando hasta que quedo de un gris.
Que extraña situación, algo ha cambiado pensé. Me puse de pie tambaleándome, hace mucho tiempo que estaba en la misma posición.
Observe a mi alrededor, al fondo de toda esa nube gris podía ver una sombra, no una silueta mas bien.
Poco a poco se fue acercando más, pude distinguir su piel blanca y corpulento, era un hombre más alto que yo.
No se porque al ver esa silueta mi corazón se lleno de una tranquilidad inmensa, como hace mucho tiempo no sentía.
Se acerco tanto que casi podía tocarlo pero simplemente no veía su rostro.
Lo vi y solo pude sonreír, su mano acaricio mi mejilla dulcemente, ese contacto se me hacia tan familiar pero simplemente no recordaba cuando ni donde.
-No te esfuerces en recordarlo, todavía no es tiempo- dijo su voz masculina
-¿Y cuando lo será?- pregunte tranquilamente
Ese hombre me rodeo con sus brazos abrazándome tranquilamente, coloco su barbilla sobre mi cabeza. Yo disfrutaba de su contacto era simplemente tranquilizador.
-Será cuando sepas quien eres y que entiendan el porque- dijo tranquilamente.
-No entiendo nada de lo que dices, pero ya no tengo ganas de seguir, de salir, ya nada me queda- dije al borde del llanto.
-Bien mi niña, pero ya lloraste demasiado y en vano, tu vida no a acabado, busca en tu interior lo que hace tiempo sabes- dijo besando mi frente y separándose de mi.
-¿Qué ya se?, ¿Qué es lo que se?- pregunte casi gritando mientras el se alejaba y solo veía su silueta ahora muy lejana.
¿Qué es lo que se?, el dijo que mi vida no ha terminado, algo que ya se.
Lo único que se es lo que siento por Andrei.
Andrei, el era la clave, recordé su bello rostro masculino, su sonrisa blanca y su cabello rubio siempre revuelto por sus chinos. Pensé en el momento que nos conocimos, en sus ojos verde esmeralda, cuando nuestros corazones latieron al unísono aunque hubiese sido solo una vez.
Atrás de mi  sentí su presencia, voltee esperanzada y lo vi ahí, tan perfecto como ese mismo día, poco a poco fue cambiando su físico hasta uno mas masculino y de mayor edad. Lo estudie tranquilamente memorizando cada detalle de el, subí poco a poco la mirada hasta que me encontré con sus ojos, esos ojos tan perfectos. Sonreí en automático y el hizo lo mismo, fue en ese momento cuando escuche un danzar perfecto, un ritmo al que bailaría toda la eternidad, su corazón latiendo.
El estaba vivo.
Abrí los ojos de golpe, mirando todo a mi alrededor, el color miel dominaba todo el lugar. Enfrente de mi se encontraba ese hombre, el de mi oscuridad, era igual nada mas que ahora si podía verle el rostro.
El me sonrío tranquilamente a lo que yo respondí sonriendo.
-Emmanuel- dije levemente, no se de donde ni como sabia su nombre pero lo sabia.
-Bienvenida- dijo mientras me mostraba sus blancos dientes en la sonrisa más grande que había visto en tiempo.
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Espero que les guste y todavía sigan ahí, perdón por no publicar pero simplemente la universidad me tiene vuelta loca.
Comenten que tal les pareció! la historia vuelve a la vida
xoxo
dann